Debajo Del Agua.

Desorientado (2 de 3).


No quiero luz, quiero oscuridad densa como la brea que siento en mis pulmones al respirar. El vació se había vuelto a acordar de mí y se había metido con fuerza a la boca del estómago, es como si la lluvia triste que caía en mi rostro me hubiera poseído, y es que mi sentido del tacto había desaparecido cuando inhale con fuerza lo último que el Turco me había dado, y es que es una manera de matar el pánico natural que tenía para que mis demonios internos no me tragaran vivo.

No sé cuánto tiempo yacía en suelo, pero desperté o eso creía, traté de avanzar a rastras hacia la escalera, aun no podía emitir sonido alguno, trataba de gritar pero no salía nada, solo de manera aguda el sonido del viento, los murmullos de la gente que no se atrevía a salir, tenía miedo mirar mi cuerpo y ver algo que no me agrade y avancé a rastras. En las primeras gradas caí por las escaleras de forma precipitada, lo sé porque aunque no haya sentido nada mis ojos captaron la tremenda sacudida y todos los giros al golpearme con el filo de la vereda. Un líquido tibio y salado fluía de mi boca hasta el mentón. La gente alrededor miraba con lastima más que impresionada, es probable que no haya sido el primero en caer en esta situación y esto sea de todos los días, es más debí haber caído en el sitio de alguien y en cualquier momento me lo reclamaría, eso me causo mucha risa, mi mente estaba ahí y a la vez no, estaba drogado hasta la punta de los pies. Boca arriba a un lado de la pista contemplaba con ojos medio abiertos las luces de los autos que venían en dirección hacia mí, un dulce y triste juego de colores que poco a poco desaparecían entre sí. El pavimento se ponía tibio, el sonido desaparecía. Tal vez se me pasó la mano, tal vez merecía estar aquí, no quisiera levantarme nunca más.

No sé cuánto tiempo más había pasado, un movimiento brusco despertó lo que quedaba de mí, junté todas mis fuerzas para abrir uno de mis ojos, y entre cerrados solo vi la sombra de alguien que me sujetaba en sus brazos para que no me golpeara, estábamos en un auto iluminado solo por las luces de los carros que pasaban en el carril contrario. Es probable que yo haya muerto. Como se me ocurre pensar que la muerte vendría a buscarme a pie, tendría que haberme cargado. Que practica es la muerte. (Continuará)

Fin del episodio 2.
---
Down by the Water - Pj Harvey.

Comentarios

Entradas populares