La Luna Asesina

El frio de la noche era particular, no era una noche cualquiera. Mientras caminaba por la calles levemente iluminadas por el ámbar de los faros, las siluetas de la gente a cierta distancia confundía por momentos si iban o venían, esto era entretenido a tal punto, el de adivinar si se te acercaban o se alejaban antes de que sus dimensiones echen a perder el juego, microsegundos de diversión y yo sigo caminando. 

Por otro lado no podía dejar de notar que esta noche era diferente, era un frio que no solo te llegaba a los huesos, sino también te tocaba el alma y eso era algo peligroso para algunos, especialmente para aquellos de corazón frágil y con cualquier cavidad emocional más vacía que llena.

El piso de piedra brillaba reflejado por la humedad de la casi imperceptible garúa, el viento corría de esa manera en la que deseas tu cama con tanto anhelo, dos frazadas encima y poder por fin cerrar los ojos. Trataba de ser razonable conmigo mismo a cada paso que daba ignorando algo que mi corazón ciego percibía, pero ignoraba, o eso creía que estaba haciendo, mis pensamientos se inundaban cada vez más con su imagen, primero iniciando como destellos de una luz oscilante con su rostro en el centro entre la oscuridad de mi corazón, en el marco de mi mente.

- Maldita sea por la buena idea mía de salir de casa hoy. - Dije entre dientes, mientras dibujaba su figura con el vapor que salía de mi boca entre tanto frio. Que incomprensible es la mente cuando el corazón está dañado, pero claro desde cuando la razón tuvo que ver en esto, mejor solo sigo caminando por mi café. Yo seguía caminando, esto de extrañarla y no querer saber de ella es un tema que he aprendido con el tiempo saber diluir con alcohol, música, algún re animante momentáneo y la noche, pero no, esta noche no, esta oscuridad es de las que se pone en mi contra.
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The Killing Moon - Echo & The Bunnymen